sábado, 5 de noviembre de 2011

Cazador y Presa



Una historia interminable, un ciclo sin fin, una obra que se repite una y otra vez, con diferentes elencos y escenarios. Pero al final es la misma trama con diferentes finales.


La danza sincronizada del pequeño petirrojo, que entre la nubes, huye de las afiladas garras del halcón; no difiere tanto de la coreografía que siguen la joven cría de la foca, que escapa de la enorme y peligrosa ballena orca, nadando entre los témpanos de hielo.

Para la afortunada foca que ha logrado escapar, llegando a un territorio continental, fuera del alcance de su depredador, le espera un destino diferente que del petirrojo que se encuentra prisionero en las garras del imponente halcón.

Pero estas coreografías de cuidado que se realizan a diario en este mundo, no están compuestos únicamente de solos. Podemos apreciar de igual forma equipos, que juntos, buscan romper el equilibrio y crear confusión entre los organizados grupos de sus víctimas.

En este caso ya no hablamos de un único baile, sino de dos danzas diferentes que se enfrentan, buscando superarse mutuamente. Una batalla entre especies donde se determina quien es el mejor superviviente.

Un gran ejemplo de este peligroso espectáculo, es la gracia de los delfines al atravesar los bancos de atunes, que nadan juntos como si fuesen uno mismo. En su sincronizada cacería, los delfines atraviesan los bancos de atunes, que parecían impenetrables dirigiéndolos a una emboscada, donde uno a uno son atrapados, para poder alimentar a los hambrientos miembros de la familia.

Los sobre vivientes de este ataque, que gracias a la suerte o por acciones del destino, se han salvado, serán los encargados de dar vida a las nuevas generaciones , que un día también tendrán que danzar al compás de la cacería.

Sentimos pena por aquellos que han caído al participar en esta obra, pero debemos comprender que es parte de la vida. Todo lo que tiene vida un día tendrá que morir para dar paso a las generaciones venideras. De esta forma el ciclo se mantiene, perfecto e interminable.



jueves, 3 de noviembre de 2011

Qué tiene un libro que contar ?


En una vieja biblioteca, en la parte más alejada del estante más alto , existe un libro que ha sido olvidado por el mundo. En sus amarillas páginas gastadas por el tiempo y sus palabras escritas en tinta, que comenzaba a borrarse, se escondían mil y un historias, que había recolectado con el pasar de los años.

El solitario libro esperaba en calma el que, poco a poco,llegara su fin. Cuando los insectos y ratones devoraran sus páginas y las bacterias degradaran sus solapas, hasta que solo quedaría de él polvo-como el que una vez se acumulo encima suyo- y todo su conocimiento se perdería para siempre.

En contra de todo lo que se pudiera esperar, el solitario libro fue hallado por la asistente de la bibliotecaria que se encontraba desempolvando los libros de todos los estantes altos. Ella fue atraída por su antiguo aspecto y tomándolo entre sus manos, como un valioso tesoro, encontrados tras una larga travesía, bajo la escalera- con la que llegaba a los estantes altos- y sentándose en una mesa se dedico a exploras los secretos ocultos en las delicadas paginas del libro.

En sus palabras- escritas a mano con pluma de tinta y una caligrafía ejemplar- se encontraban las historias de una época de antaño. Relatos de caballeros y batallas, de princesas y dragones, donde el valor y el honor eran el tema principal y al final la oscuridad caía ante las fuerzas de la luz.

Tras haber acabado de leer hasta la ultima letra, coma y punto de aquel libro, se dio cuenta de que tenia mucho mas que contar,cada persona que lo había leído había dejado una marca en el, y a su vez, un poco de su propia historia. Las manchas de hollín en los bordes de su hojas, fueron dejadas por un niño que limpiaba las chimeneas en los techos londinenses; los dibujos de diseños de moda, hechos por una joven aspirante a modista en París ; Las fotos de paisajes naturales entre sus páginas, dejada hay por un geógrafo que viajo por todo el mundo.

La joven asistente de bibliotecaria, una vez supo todo lo quel libro tenia que contar, lo dejo nuevamente en su lugar, pero no sin antes dejar su propia marca, una huella digital en tita azul en el interior de una solapa.

Años después, aquella biblioteca fue cerrada y sus libros embalados y enviados a diferentes lugares. Nuestro libro viajo mas lejos que la mayoría de demás libros, atravesó los océanos y continentes llegando finalmente a un rincón apartado del mundo. Cuando la caja fue abierta uno a uno de los libros que se encontraban en su interior, fue tomado por una persona diferente, y el ultimo en salir fue el libro antiguo, atrayendo la atención de un chico de piel morena y ojos negros, que estaba por descubrir, lo que un libro tiene que contar.